La canción, la plenitud, el deseo,
me han alumbrado el rostro,
se me han ceñido como un pañuelo verde sobre el cuello,
y entro en la casa del fervor como antaño,
asombrándome al ver reverdecer los sueños.
me han alumbrado el rostro,
se me han ceñido como un pañuelo verde sobre el cuello,
y entro en la casa del fervor como antaño,
asombrándome al ver reverdecer los sueños.
Es como si hubiesen atizado a mi sangre
el verano, la intemperie, los vientos cordilleranos,
o inundando sus cauces
un enérgico brío de panales repletos,
los brazos encendidos al apretar sus brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor secreto.
el verano, la intemperie, los vientos cordilleranos,
o inundando sus cauces
un enérgico brío de panales repletos,
los brazos encendidos al apretar sus brazos,
las dos manos cargadas de un esplendor secreto.
(...)
Elvio Romero
joshua bell - schon rosmarin
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