...viviremos felices y con intensidad toda esta cascada de sentimientos que fueran como si el mar fuese un salmón y subiera y subiese hasta las fuentes donde mana el río, una película de velocidad frenética hacia el origen...
...y el mar nos prueba una vez más, llega la tempestad... viene la calma y su peligro... ¡remad!

lunes, 23 de mayo de 2011

yo lo pienso



Liliana Esparza     artelista .com

Parece que mi mundo está poblado de fantasías y si tuviese que ir a buscarlas, sobre todo esas que figuran en una geografía que aún no he explorado; digo si tuviese que ir a buscarlas me encontraría con lo diferente, con lo que marcaría una diferencia en mi acto de elegir un hombre.
En el acto de la elección amorosa en mi fantasía me quedo en un escenario que podría describir: Él, mi hombre es un caballero que hace gala de sí en lo que emprende; cuando se trata de llegar a mí, llega con la conquista romántica y encendida, se abre paso firme con su corcel, despliega sus oropeles y va en busca de su deseo y me toma en el punto de mi deseo de ser tomada por un bello encuentro.
Puedo sentir su mano fuerte, es que siempre la he sentido, recuerdo que esa sensación la tuve presente mucho tiempo aún cuando él no estaba, me hacia recordar esa tarde que su mano se enlazó fuerte a la mía y caminamos juntos, y dejamos que nuestras manos se entendieran hasta el punto que perdimos la noción de donde nos encontrábamos y luego hubo que regresar.
Regreso a esa imagen, caminar de la mano, un instante me detiene para dar paso a un beso en el que se hace presente la alegría de sabernos bien queridos, hay encuentros que pueden darse caminando de la mano, cercanos a nuestros pasos.
Hubo un reencuentro donde una estrella fugaz nos sorprendió y ahí se encendieron los deseos como velas de festejos ¿que habrá pedido él, qué deseos?.
Me encuentro con estas imágenes por segunda vez, este instante es otro, se da de otra manera, sé qué es lo que deseo, sé también que no supe en ese primer instante compartido.
No supe en ese instante atesorar lo bello de un encuentro distinto, es que nunca había conocido un hombre con esas palabras y sus textos, que ubicara un valor distinto a sus actos, que supiera engalanarme en una mirada, que se volviera niño siendo un hombre, que me contara cuentos, que supiera esperarme.
Un hombre que descubre la vida y me da el escenario que deseo, su canto, su palabras, sus manos, las fantasías compartidas, lo sensual, los lazos profundos: los sabrosos momentos, lo sexual, el agasajo, la risa, las kilométricas charlas añoradas, los recuerdos, el intercambio, el dar y recibir, el recibir y el dar, los dones.
A este hombre lo voy a buscar porque deseo tesoros para mi vida amorosa, deseo alcanzar la plenitud de un encuentro y donar con la abundancia del amor y el deseo, y descubrir que uno es merecedor de un encuentro, lo somos, somos merecedores de un encuentro.
A este hombre lo encontré y deseo darme en una plenitud cuidada, armoniosa, en paz pero intensa, estoy próxima a la estación y él está presente, a pesar de la distancia, yo lo pienso.
A este hombre lo estoy esperando.

Mirian Ortega (Licenciada en Psicología. Universidad de Buenos Aires)


   russian red - braver soldier

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