Hoy hace un año que volví a hacer balance anual de mi vida, como cada fin de año, y como siempre no hubo nada que lo hiciera distinto de los de las últimas tres décadas, sin nada de particular, uno más carcomido por la nefasta rutina, la que desde siempre ha impedido que mis expectativas personales dejaran de ser eso, expectativas… con la sensación de haber estado viviendo a medias y echando en falta demasiado… sin embargo, algo ha estado flotando en mis días y en mis noches desde hace ya mucho, años, muchos años, en silencio, como una tenue luz que siempre estuvo, evitando la oscuridad absoluta, como una ligera brisa en el aire, como el olor que se cuela por cualquier rendija impregnando mi pensamiento sin poderlo evitar… era tu recuerdo, insistente, constante… 35 años sin verte y sin saber absolutamente nada de ti… Y casi con la convicción de que me habría perdido en tu olvido te busqué, y apareciste en mi vida como una explosión de ilusión, apartando con tus palabras los grises para dejar paso a mil colores... y viniste.. y en ese reencuentro resolvimos algo pendiente; quizá no todo.. queda lo pendiente, pendiente, pero hoy, haciendo balance de mi vida en este año puedo decir por primera vez que ha sido un buen año, a pesar de todo…
Gracias, gracias por estar y por no haberme olvidado, por ser como eres y por querer estar tan cerca aunque estés tan lejos… por todo lo que me das, gracias.
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Hola, qué bueno que viniste