Guillermo Gotti artelista.com
Se acerca el juego y voy oyendo mi propia respiración ralentizándose, haciéndose más estrecha la relación con mi latiente corazón, miro la hora dos veces, pienso en dónde iré… escribiré lo que voy experimentando… siento el aura, siento que ya estás y que al mismo tiempo experimentas, y te dejas llevar por lo que hemos creado… y estoy como tú sentado en el salón delante de una mesa, de la pantalla todavía, porque quiero describir los momentos, pero se me está quedando fría la pantalla para mi imaginación, como si quisiera enmarcarla, y yo tengo que ir a revolotear por tus piernas en ese estudio en el que juegas al dominó y soplar en la cara interna de tus rodillas para que tiemblen de cosquillas y te rías, y no te olvides más de este juego, y colocarme como un sombrero, el de David Crocquet y decirte las piezas que tienen los demás, ¿quién se sienta en dónde? Y abrir la ventana de repente porque se te amotina el calor dentro, de tu blusa, de tu cara, de tus pantalones, que con el viento se van y se van dejándote desnuda sin que ellos te vean, sólo yo para recordar una tarde de verano de la vida, y entonces, como un bufoncito fauno, como una cabra y un hombre tocaré la flauta para ti recorriendo todo el perímetro de la estancia, dulcemente y velozmente, con el vértigo, atrayendo tu mirada y tu risa, y agradeciendo el día y los días, y riendo contigo, y sacándote a bailar cuando se barajan las piezas y montándote a mi grupa y alzándote y escalando por tu grupa que en fauna te habrás convertido para empatar conmigo, y de mil cabriolas a otras mil, con los gemidos sordos y en voz baja los deseos y todo como la cenicienta tiene su tiempo y miramos la hora y reímos a dos quarts de nou porque no tenemos zapato de cristal sino pezuñas, y volvemos a reír como los peces, en el río de calor y vértigo… nos miramos, seriamente, nos miramos, fijamente, asoma una llama en el entrecejo de los dos faunos, de tristeza que se apaga con fuerza en la contundencia de la siguiente mirada número mil que ha recorrido los vastos dominios desde los dos lagos en tu cara, hasta el bastión enhiesto que espera paciente su conquista y se oye de nuevo la carcajada, la carcajada efímera que da paso a la lucha cuerpo a cuerpo por llevar al otro al paraíso de los faunos sencillos, que se comparte con los unicornios de barba espléndida, y que está muy cerca, tanto como desean los contrincantes, como deseo, como deseas, y mientras tu mano va poniendo piezas, a todo está atenta tu mano, tu pensamiento, y encima, no sé cómo te lo haces que vas ganando, y te miran extrañados, y tú, irreverente, les dice no passa res, no passa res y te ríes, tanto que tienes que decir de nou que no et passa res, y saltas de nuevo desde tu silla paseando tu lomo a mi capricho y salto detrás de ti sobre las piezas que virtualmente salen despedidas, y las cogen como si hubiera sido un descuido con el viento o con sus manos, y cabalgamos a lomos del día para apresurarnos y llegar con la luna al valle de los faunos sencillos, con el riachuelo bajando amable y sentirlo en nuestros cuerpos que acabaremos bañándolos en él, río de las propiedades eternas, de la limpieza de alma y de los lastres pasados… y ganarás de nuevo para poder reír de nuevo, y habrá pasado una hora, que también habrá sido eternamente nuestra.
Y bajarás del paraíso con una extraña sensación de fuerza, de ligera hambre, de buscar la soledad ligera en el manto divino de la intimidad… tu fauno volverá a los montes y se acurrucará plácido en los helechos bajo un viejo y paternal roble, un ems del señor de los anillos, con quien hablaré toda la noche de ti…
Game over
lag 10/07/10
enya & enigma - celtic trance
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Hola, qué bueno que viniste