Ilustración de Madalina Iordane Leva
Soy tu cómplice cuando bajas a los arsenales de la noche y pones toda tu alma y la respiración perfectamente controlada, por mantener en pie tus rebeliones tus milicias, secretas a costa de ese tiempo perdido en comerte las uñas, en mantener a raya tus palpitaciones, en golpearte el pecho por los malos sueños, y no sé cuántas cosas más que, francamente, te gastan la salud cuando en el fondo sabes que estoy contigo aunque no te vea ni tome desayuno en tu mesa ni mi cabeza amanezca en tu pecho como un niño con frío, y eso no necesita escribirse.
Gonzalo Rojas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, qué bueno que viniste