Nicoletta Tomas - The silent one
No pude marcharme ilesa de la noche
los labios nunca son serenos
los agita el silencio.
De cada beso uno regresa distinto
o no regresa.
Y uno se queda solo, en las esquinas del mundo
Porque estar solo no depende de la gente y de su ruido
depende del silencio que somos.
los labios nunca son serenos
los agita el silencio.
De cada beso uno regresa distinto
o no regresa.
Y uno se queda solo, en las esquinas del mundo
Porque estar solo no depende de la gente y de su ruido
depende del silencio que somos.
Lydda Franco Farías, fragmento de Quebrantos
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