la columna

Si la columna no sostuviese 

tuviese el techo que bastarse,

 por sí solo sostenerse

en pie sostenido sobre planta.

El hombre, la mujer son dos personas

y persona a persona son dos siendo.

feliz la persona que se siente

por sí misma feliz en este intento.

Nadie sea y quiera ser de otro.

Sea libre y por esto no sufra.

Viva libre tal que el potro

aunque sepa que al lado tiene un  rostro

que en el frío doler sirve de estufa.

Las columnas ni un  Dios

son para siempre..

Más tu cuerpo y la risa

que contiene.

Propóngase persona, Dios viviente

a vivir su marea entre la brisa,

caminado recto en las abcisas

sin pensar en el lado de Poniente.

lagtal, mayo 2012

No vale que ni de lejos ni de cerca cree un colchón de goma que suavice el gran salto que estás dando.

Porque tú salto debes darlo tú sin red  ...a golpe de noches y días... puede que en el reverso de esta historia inmensa de los dos se halle que no deba ser el clavo ardiendo donde apoyar tu persona que está hecha de mucho más.

Y el salto valdrá la pena si te hace fuerte y no dependiente.

Será el tú y yo un medicamento temporal, una conversación transcendente, una terapia de tu alma, un ayudar a seguir...pero no un sufrir en la distancia aumentando la nada del dolor y de la angustia en la equivocada falacia de no tenerme. ¿Qué es tener?¿A quién tenemos?¿A quién debemos tener sino a nosotros mismos y nos dejamos en otros?

Me tienes pero eres libre... y yo lo soy aunque me tienes.

Besos en tu crecimiento y libertad.

AnangaRanga

ranca

arranca

Ananga arranga

divinas palabras

Ah, y búscate una foto si me entiendes.

Solo quiero eso

Amanda Cass  -  Bliss

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio.
Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida. Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno.
Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí.
Sólo quiero eso.
Casi nada.
O todo.

Ángeles Caso (La Vanguardia, Magazine, 19/01/2012

Bajo el curso del sol y las estrellas

sierranevada.es

En estos días me apremia la necesidad de un cambio,
quizás porque todo acontecimiento implica una meditación, un nuevo análisis.
Pero no soy más optimista y aunque el tiempo va decantando los excesos de amargura,
 persiste este agudo sentido de impotencia e insatisfacción.
Creo que nada crecerá sobre esta devastación
 y que mis deseos han de yacer de manera inevitable

bajo el curso del sol y las estrellas.

Horacio Safons. Meditaciones-3
Buenos Aires, febrero 1980

Esa necesidad...

George Underwood - Embrace

Es que a veces un beso puede decirte
que la ternura anida, tibia y serena dentro de uno,
que aunque no haya palabras,
uno está lleno de emoción y las cosas parecen distintas
y las preguntas florecen en la piel.

Es que a veces la melancolía se presenta
reclamando esa necesidad de estar fuertemente abrazado,
para sentir que hay alguien que vive junto a ti y por ti
y que somos capaces, aún, de conmovernos.

Es que a veces uno necesita dejar libre aunque sea una lágrima,
como ofrenda a la capacidad de responder a lo que se dirige al corazón
y maravillarnos de que alguien esté en uno mismo
y de estar en alguien más que en uno mismo.

Es que a veces nos toca preguntarnos qué somos
o por qué no somos según nuestra naturaleza íntima
y preguntar sobre el camino de la felicidad
y mirar hacia atrás y preguntar ¿qué amé?
y tener la esperanza de amar nuevamente
la audacia de concebir un amor distinto y diferente.

(...)

Horacio Safons. Es que a veces (fragmento)
Buenos Aires, 1981

En el seno de la Nada

"Pienso, en ocasiones, que quisiera cometer todos los crímenes,
todos los vicios, todas las acciones bellas, nobles, grandes,

beber la belleza, la verdad, el bien,
de un solo trago,
y dormirme después para siempre en el pacífico seno de la Nada.

Déjenme llorar."

Fernando Pessoa. Diarios


Pienso, ahora, que debería firmar con los ojos cerrados lo que aquí dices

Camino

aikonokotoba.wordpress.com

El camino es largo, no quiero ir solo.

Vicenç Ferrer

 

 

no vayas  sola , pero ve delante , el camino es largo

un poco yo

A la esperanza vuelvo

A la esperanza vuelvo, a la madera
que construyó mis días importantes,
a la extraviada primavera
de antes.
A la justicia de mirarlo todo
como si me perteneciera,
que en fin de cuentas no hay un modo
de abandonar el hambre de la fiera.

Carilda Oliver Labra

UN AÑO MÁS, NO, UNA ESPERANZA

LLEGA el sol a darte la vuelta entera
con el forro al revés de tu vida,
librando con la lógica este mundo
una perdida razón
que no se sostiene en sí ...
y dejará tras de sí
un  sabor de tedio tan profundo
que este habrá sido un año
sin color, un año gris, un año inmundo
PERO MAÑANA VUELVE EL SOL A DAR LA VUELTA
MAÑANA MAYO
MAÑANA ABRIRÁS LA PUERTA ENTRE  AIRE CLARO
MAÑANA SIN DESMAYO
IRÁS AL TRABAJO Y A LA HUERTA
MAÑANA HABRÁS CRECIDO
Y TODO ES ALBO
MAÑANA SERÁ TU DÍA

TÚ  HAZME CASO.